Un inocente interrogatorio

A orillas del Bu Regreg resplandece la ciudad de Rabat, que alberga docenas de alhajas que deseo descubrir. Mi favorita es la biblioteca del Instituto Cervantes porque allí se encuentran cientos de libros que no son sino entradas secretas a nuevos mundos. En este templo caleidoscópico, minúsculo e infinito al mismo tiempo, se reúnen cada semana un grupo de curiosos lectores, marroquíes en su mayoría para hablar de literatura. La charla les alimenta tanto el alma que después se dejan llevar por el impulso irrefrenable de escribir en español, una lengua que no es la suya de nacimiento, pero que ya sienten como propia. Y resultan encantadores los mires por donde los mires, pero ¡ay!, no te dejes engañar por su amabilidad. Aunque demasiado tarde, ahora voy comprendiendo su estratagema. En cuando asoma un autor por el horizonte, quizás gracias a algún vigía, cual canto de sirenas algunas mujeres le lanzan albórbolas para llamar su atención. Mientras tanto, mucho me temo, los demás aprovechan para leerse hasta la última coma de los libros del insensato con el fin de… ni me atrevo a confesarlo. Déjame que te cuente lo que me ocurrió para que tú mismo juzgues si mis temores tienen fundamento.

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Un inocente obsequio

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Como Idris I

Me invitaron a ser su escritor del mes a pesar de que no he publicado ningún libro, ya eso me debería haber hecho sospechar. Según entré, me entregaron unas flores, ahora intuyo que habría alguna fragancia preparada para atontarme (caí en la misma trampa que Idris I) y durante quince minutos halagaron mis relatos sin descanso, elevando mi ego hasta levitar. Recitaban de memoria párrafos enteros de la historia de Tuda y fingían emoción para resultar convincentes. ¡Qué pronto me dejé atrapar! Después su zalamería apuntó hacia mi salero con el dariya y aplaudían mi interés por la cultura del país. ¿Quién puede resistirse a semejantes muestras de afecto? Supuse que sus expectativas eran altas y me decidí a resolver todas sus dudas. ¿Por qué te llamas Mrteh? Esta la tengo preparada: porque en Marruecos me siento a gusto, porque es mi sitio en el mundo. ¿Puedes recomendarme algún autor marroquí? Zafzaf. ¿A quién tienes muchas ganas de leer? A Kilito ¿Por qué Marruecos? Porque es lo que me inspira. ¿Por qué escribes? Como dice Genet, “el trabajo del poeta es extraer la belleza del mal”.

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«El retrato de Dorian Grey»

Un puñado de cuestiones sencillas para desprenderme definitivamente de la coraza. Deben de tener un código secreto con apariencia de frases triviales: Gracias R, vamos a dejar que Alberto lea un par de textos. Y fingiendo que es puro azar, me empujan hacia la vuelta a casa de Meriam y a un autobús que no sigue su ruta habitual. El proyector que desvela mis textos me deslumbra, parece que lo giran para que me apunte directamente a los ojos y cuando intento mirarlos a la cara, ya no distingo a nadie, sino que un gran círculo oscuro les tapa el rostro y ya no sé quién me habla. Y de todas partes me ciegan los destellos de sus cámaras mientras ríen: ¡Es para el facebook! Lyuma nhar kebir. Una nueva frase en clave para lanzar el ataque definitivo: Vamos a dejar que M también hable.

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«Rosemary’s baby»

He leído con detenimiento la presentación de tu transformación y me ha llamado la atención un detalle. Dices que estás mrteh, pero en el autobús te preocupa sacar un libro. M habla pausado con los labios, pero con la mirada me grita: ¡Impostor! ¿Por qué dices que estás a gusto y luego desvelas tus temores? Y los demás asienten sonriendo, pero sus ojos… ¡Sus ojos! ¡Impostor! No tengo escapatoria. ¿Por qué dices que escribes solo de la belleza de Marruecos y luego descubres sin tapujos sus injusticias? Eso es. ¡Impostor! Y me acorralan con sus focos cegadores y me fuerzan a responder a corazón abierto. ¡Dinos la verdad! ¿Acaso siempre estás mrteh? Bueno no, titubeo confundido. Estoy dispuesto a sincerarme con tal de que me suelten. Mi trabajo es desvelar la belleza que se esconde en la miseria, pero a veces hay que echar una palada de arena. O de cal, ¿cuál es la buena? La oscuridad ayuda a apreciar lo luminoso. ¡Júralo! ¿Es eso cierto? Me atrae la luz de Marruecos, pero necesito contrastarla con sus sombras.

Descienden sus cámaras, se retiran lentamente, sonrisas, aplausos y unos bombones para terminar la función. ¡Hagamos una foto para recordar este día! Última frase en clave: Sonreíd, chicos. Como diciendo: Que nadie sepa lo que ha ocurrido hoy aquí.

Este grupo de lectores empedernidos comparte sus escritos en el blog A orillas del Bu Regreg y te resultarán encantadores. Te engañarán igual que a mí.

13 respuestas a “Un inocente interrogatorio

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  1. ¡Hola Alberto!

    No me atreví a comentar tu texto dado que dijiste que el encuentro era un interrogatorio en oposición a mi impresión. Para mi, fue un intercambio rico, interesante en todo puntos de vista: literario, lingüístico (Español y Darija), humano y más…
    La mayoría de los asistentes ya había leído tus publicaciones en el Blog e incluso, había impreso tus textos antes de venir a encontrarte. Solo para decir que a través su lectura, tuvo lugar una primera presentación de ti y vinieron para conocer al autor.

    Los intercambios nos permitieron saber en directo mucho de la persona apasionada por la literatura y enamorada de Marruecos. Fue un encuentro entre amantes de literatura en general y del idioma de Cervantes en especial.
    Y en el Blog del Taller, comenté un texto muy interesante y acertado sobre el encuentro que describiste en tu texto, escrito por Mohammed Jelmad.

    Últimamente, te hablé de mi duda al encontrarte en el I. Cervantes y qué alivio cuando me dijiste que solo era una broma. Una “exageración” literaria o una “hipérbole”
    Por eso, y por la mirada distinta de la mía (Evidentemente desde tu ángulo) que llevas sobre algunos temas, cotidianidades, escritores, artistas, así como sobre unos encuentros que hiciste durante tus viajes en regiones de Marruecos, te digo muchísimas gracias.

    ¡Me encantan tu estilo y tus escritos! y ¡Ánimo para seguir escribiendo!

    Marhaba en tu país de elección Marruecos.

    Rkia

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    1. Rkia dielna,
      me alegré mucho de encontrarte en el Cervantes, pero me sorprendió que creyeras que había dicho todas esas barbaridades en serio. Me limité a aferrarme a una idea que se me pasó por la mente durante la charla y la llevé al extremo para provocar al lector. Ya veo que al menos contigo lo he conseguido.
      Me gusta muchísimo ir descubriendo nuevos autores marroquíes. El último ha sido Kilito que me ha fascinado.
      No hace falta que me des las gracias porque disfruto un montón escribiendo sobre Marruecos.
      A ver si la próxima vez podemos tomarnos un café, aunque sea en la máquina.
      Un fuerte abrazo.

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  2. De una invitación como autor del mes a un interrogatorio en toda regla…..aunque con flores y bombones para suavizar…
    En lo que pueden acabar las dulces y amenas tertulias literarias…..pero tú tienes respuesta para todo .

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  3. Hoy te leo desde Rabat…. justamente. Me has dejado pensativa, en lo de la «inocencia «en los interrogatorios, que hoy , a mi, no me han dejado hacer a la inversa….es evidente que no hay tal inocencia.
    Qué buenas experiencias recoges, desde dentro: me refiero que se nota que estás dentro de Marruecos y que Marruecos te llega dentro, las superficialidades quedan para otros menesteres.
    Espero poder comentarlo en directo.

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    1. ¿Te puedes creer que precisamente esta semana hablaba con una amiga de la superficialidad de cierto reportajes televisivos? Espero que lo comentemos hoy mismo cara a cara mientras tomamos una pastela y un té con hierbabuena.
      Estoy deseando que me cuentes tus novedades.

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