Recordatorios rutinarios

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Interfolio recomienda: «A lo largo del camino» de Aldous Huxley

Después del jarro de agua fría que supuso la visita a la feria del libro de Madrid del año anterior, ya antes de asomar por el parque del Retiro he decidido que esta vez mis expectativas apunten más a saludar a amigos y a adquirir un par de novelas que a encontrar un editor. No es que no lo desee, sino que me parece más sensato que no lo tenga siempre presente en la cabeza. Fantaseo con facilidad con tal lujo de detalles que al final me decepciona que no sucedan las cosas exactamente como he imaginado. Además, ya he comprendido que este no es el sitio adecuado para ese propósito, sino un lugar para comprar y vender libros. Aún así, he seguido un cierto ritual y salgo del metro escuchando la misma canción que sonaba hace justo un año, como si fuera un amuleto. Se me ha debido de pegar la vena supersticiosa marroquí.

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Almuzara recomienda: «Flamenco. Arqueología de lo jondo», de Antonio Manuel

Saludos, abrazos y fotos para las redes sociales. Recomiéndame un libro y lo comparto. Un puñado de soñadores como yo, algún obsequio al adquirir una novela y deseos mutuos de buena suerte. Y dar la matraca en un par de casetas. Mi primera opción era cierta editorial donde se encuentra la infancia de Taha Hussein. ¿Quién me dijo que debía leerlo? Pero al presentarme: escritor, bloguero, articulista, de todos los santos; ni me mira a los ojos ni me coge la tarjeta. Me vuelvo invisible. Es incómodo, casi preferiría que me abroncara. Como no me pilla de nuevas, soy capaz de tachar mentalmente la editorial y pasar a la siguiente de la lista. Al menos el resto son caras sonrientes, palabras amables y promesas de lectura. Con la tarea terminada, me dedico a curiosear en los puestos satisfecho por seguir intentándolo y consciente de la dificultad de la empresa.

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Huerga y Fierro recomienda: «Para no soñar más», de Rachid Boudjedra

La tarde es provechosa para el Mrteh que lee: redescubro un par de editoriales que guardaba en el fondo de la memoria que están granadas de escritores magrebíes: Primero Cantarabia con Berrada a la cabeza y después Huerga y Fierro presumiendo de Zafzaf. Aquí han sido particularmente simpáticos y me han hablado de los autores del Magreb que agrupan en Al Kalima. ¿Y por qué no publicáis a otros escritores marroquíes en la colección? Buscamos una nueva voz que merezca la pena. Yo soy esa voz, le suelto sonriendo. No es que sea presuntuoso, es que a veces se me escapan estos chispazos para llamar la atención. Al menos no se lo han tomado mal e incluso me han animado a que les envíe el manuscrito. Con ellos suman media docena de direcciones a las que enviar mi historia sobre el hammam marroquí.

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Gallo Nero recomienda: «La serpiente», de Luigi Malerba

Enviar, registrar en la tabla, valorar las posibilidades de éxito. Me lo tomo como un trabajo rutinario para evitar ilusionarme en exceso. Y una vez al mes les vuelvo a enviar un recordatorio: ¿Cómo lo llevas? No con esas palabras, sino con frases llenas de circunloquios y de condicionales, pero queda claro que lo que quiero preguntar es exactamente eso: que cómo lo llevan, que si lo han leído, que si les ha emocionado y, en definitiva, que si me van a publicar. La mayoría de ellos ni siquiera responden o lo hacen con evasivas tipo: estamos deseando leer su manuscrito, lamentablemente, sin embargo, debido a la carga de trabajo, pero… Siempre hay un pero, cuando recibo un nuevo mensaje lo leo rápidamente, en diagonal como ahora se dice, buscando el pero correspondiente. A veces incluso me resultan cómicas sus respuestas: estimamos que lo leeremos dentro de seis meses. ¿Seis meses? ¡Yo lo leí en seis horas! Quién sabe cuáles serán mis circunstancias dentro de medio año.

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Cabaret Voltaire recomienda: «Sexo y mentiras», de Leila Slimani

Hay días que no pienso en el tema, como si ya hubiera tirado la toalla. Pero a menudo me acuerdo de aquel editor que con la mirada me dijo que la novela le había entusiasmo y entonces mi estómago presiente que lo conseguiré, aunque de inmediato rememoro cómo terminó en aquella ocasión. Apenas una palmadita en la espalda. Entonces retomo mi idea de autopublicar un librito con lo mejor de este zoco y mentalmente me pongo plazos para tenerlo a punto. Incluso me rondan los personajes de un relato adicional como colofón a la antología. Y me doy cuenta de que me he acelerado mientras caminaba por la avenida. Es la evidencia de que tengo fuerzas para seguir adelante. Buena señal. Siento que lo que importa es mi propia energía y me parece que tengo de sobra.

Todas las entradas dedicadas a la escritura de mi primera novela se encuentran en la pestaña No es asunto tuyo dentro de la sección El escriba.

Tiempo rememorado: junio – julio 2018

18 respuestas a “Recordatorios rutinarios

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  1. Ardua tarea la tuya…Te voy a comentar algunas «anécdotas» que probablemente conozcas. Si es así, te las recuerdo:

    Lampedusa no llegó a ver el gran éxito editorial de su novela «El gatopardo», ni el cásico del cine en que se convirtió.

    Navokov recorrió muchas editoriales hasta ver publicada «Lolita». Algunos se la devolvían indignados.

    Pocos escritores me dan tanta pena como J.K. Toole y sus problemas para publicar su genial e incalificable «La conjura de los necios»

    A James Joyce le rechazaron «Los dublineses» 22 editoriales!!!

    Y el colmo de la necedad y ceguera editorial: Seix Barral rechazó «Cien años de soledad» (dicen que sin leerlo) y García Márquez la publicó en una editorial de Buenos Aires. Espero que en Barcelona sigan tirándose de los pelos.

    No te desanimes.

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    1. Sinceramente creo que mi «Meshi shughlek» está lejos de esas genialidades que mencionas.
      En séptimo de EGB, en un examen que a todos nos fue fatal y que nos preguntábamos qué notas habíamos sacado unos a otros, llegaste y nos dijiste: «Mal de muchos, consuelo de tontos».
      ¡Y ahora me listas a un montón de escritores geniales que tuvieron dificultades con las editoriales para animarme!
      ¿En qué quedamos?

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      1. ¿Eso dije?
        Pues se lo aplicaremos a todas esas editoriales que no ven el talento aunque se lo pongan delante.

        Sigamos con refranes: El que la sigue, la consigue.
        Mejor en inglés: Follow your dreams.

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  2. Hola Alberto

    Publicar un libro es siempre un trabajo distinto a escribirlo. Las relaciones con editoriales se hacen de otra manera y hay que hacerlas antes de comenzar a escribir.

    Con el crowfunding, pasa algo parecido. Tiene sus propias reglas de juego.

    Un abrazo

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