To do list (Tanto por hacer)

Acabo de firmar justo debajo de mi nombre sin ni siquiera pensar en lo que estaba haciendo y mi cabeza se dispara de repente de forma explosiva. Casi me parece haber escuchado un pistoletazo de salida: la foto de la solapa, la difusión, la cubierta, los contactos, la familia, los amigos, los seguidores. Las tareas por realizar se van apelotonando desordenadamente. Ya tendré tiempo más adelante para organizarlas. Por el momento continúan los disparos sin control. Tan pronto me digo que debería recopilar los datos de las personas que trabajan en radios y periódicos, como decido que dedicaré unas cuantas entradas en el blog que habrán de contar la historia que finaliza precisamente con lo que acaba de ocurrir esta misma mañana. Salto mentalmente de una idea a otra sin seguir ninguna lógica aparente, como si me hubiera dado un golpe y caminara zigzagueante trastornado por el impacto. Sé que después querré poner en orden todo esto que estoy pensando, incluso lo escribiré en un papel que titularé To do list, para así burlarme de aquellos planes de acción que preparaba en una vida anterior.

En cuanto pongo un pie en la calle, comienzo a fantasear con un proyecto que no es nuevo, ya había jugueteado antes con él, pero hoy es la primera vez que me resulta real, que me parece un objeto palpable que tocaré muy pronto con mis propias manos. Ahora mismo no dejo de pensar en la portada del Meshi shughlek. Me divierte participar en su creación, me hace sentir un artista polifacético. Y reacciono a este pensamiento con una burla del que yo soy la diana: Mrteh, tú sigue repitiéndote cosas así y, antes de que te des cuenta, ya serás como uno de esos escritores que hablan de ellos mismos en tercera persona. ¿Será cierto que al final me voy a convertir en un auténtico muttakebir?

Sonrío mientras regreso a la portada y recupero una conclusión a la que había llegado hace tiempo. Ya que el título de la novela no da ninguna pista sobre el contenido del libro, ni siquiera en su traducción al español (No es asunto tuyo), me parece absolutamente necesario que la portada evidencie que la historia transcurre dentro de un hammam marroquí. Me gustaría meter en una imagen todo lo que he visto con mis propios ojos durante mis visitas, para que el lector se haga fácilmente una idea de lo que va a encontrar en el interior. Un ambiente ligeramente brumoso que no oculte del todo la escena. El suelo ajedrezado, no por casualidad, sobre el que se encuentran numerosos cuerpos, cada uno en una postura diferente, tumbado mirando el techo, en cuclillas, de pie buscando dónde colocarse, con la tripa pegada sobre el terrazo. Unos meditan mientras otros charlan. Y por supuesto la mayoría se dedican a limpiarse, algunos en solitario, otros en parejas, primero yo a ti y luego tú a mí, y en la mayoría de los casos, son los trabajadores de los baños los que se dedican a frotar y a enjabonar los cuerpos semidesnudos.

Son tantas las posturas asombrosas que he visto durante mis visitas semanales al hammam, que comienzo a comprender que será imposible reunirlas todas ellas en una sola imagen. Incluso me parece que necesitaría toda una exposición fotográfica para mostrar mínimamente el proceso de limpieza. Comienzo a visualizar el ritual en una serie de imágenes con cierto sabor sacro, cuerpos inmóviles bañados por una luz cenital que recuerda al agua que vierten de los cubos. Preciosísimas imágenes en asombrosos claroscuros: un masaje en la espalda realizado por el talón de un amigo que se apoya en la pared para no resbalarse, un niño tembloroso que se templa en un cubo de agua abrasadora, un hombre con el brazo por detrás de la cabeza que comienza a limpiar su propio costado. Siento que necesito un descanso con algún amigo para ordenar mis pensamientos.

Inés, ¿cómo estás? Estoy cerca de tu trabajo, ¿tienes un rato libre? Se me ha ocurrido hacer una exposición con imágenes inspiradas en mi novela, la cabeza me hierve con un montón de ideas. No sé, Mrteh, yo me esperaría a que encontrarás primero una editorial que te publique la novela. Pues claro, si eso es lo primero que te tenía que contar. Acabo de firmar el contrato de mi novela con Huerga y Fierro. ¡Felicidades! Muchas gracias, casi ni me he alegrado, es que me parece que tengo tantas cosas que hacer.

Todas las entradas dedicadas a la escritura de mi primera novela se encuentran en la pestaña No es asunto tuyo dentro de la sección El escriba.

El 28 de diciembre de 2018 firmé el contrato con la editorial Huerga y Fierro para la publicación de Meshi shughlek