Amigo Lorenzo,
no digo que no tengas razón, que quizás a veces me enrollo explicando lo que ya ha quedado claro y me enredo en detalles sin importancia y en cambio no concreto justo la información que realmente os interesa, como por ejemplo desvelar la ubicación exacta de esos restaurantes de los que hablo desde hace semanas. Pero has de entender que precisamente en eso consiste el juego: en darle misterio, en fingir confusión, en hacer como que todo lo ha inventado Sherezade y, ya de paso, en enmudecer acerca de asuntos sobre los que no creo necesario hablar. Que lo hagan los periódicos. El caso es que hoy tu queja me reblandece y se me antoja hacer una excepción, quizás sea un brindis por los viejos tiempos, quizás sea por tu cuadragésimo cumpleaños, vecchione. Así que, y que sirva de regalo, ahí van las indicaciones para que puedas llevar a comer a Annika a mi nuevo lugar favorito la próxima vez que paséis por Rabat. No lo busques en TripAdvisor.
CÓMO LLEGAR
Desde Rabat, lo mejor es que cojáis el tren en Rabat Ville y vayáis hasta Sale Tabriquet (11MAD). Solo podréis llegar en taxi hasta vuestro destino, pero que no os estrese demasiado encontrarlo. En la misma puerta os asaltarán, sin exageraciones, una docena y media de taxistas, sobre todo cuando se percaten de la aparición estelar de una pareja formada por una mujer de pelo claro y piel blanquísima y un hombre como tú, que entra sin dificultades en la categoría de guiri total (te imagino con sombrero panamá). Tenéis que indicarle al conductor que vais a comer al Quilómetro 6, mejor habladle en francés, aunque os entenderá de todas maneras. Aseguraos de que no se “olvida” de encender el taxímetro y no os molestéis en poneros el cinturón de seguridad. La clavija nunca funciona o está tapada con una manta.
QUÉ COMER
Aquí se come carne a la brasa, pero antes de acercaros al restaurante, tenéis que ir a comprar vuestra propia comida al mercado. ¡Esa es la gracia! Justo en el centro de la hilera de braserías, hay una entrada que da a un oscuro patio que no es sino un zoco de carnicerías. Tú que has estudiado veterinaria, sabrás escoger el puesto con el mejor género, pero os recomiendo que vayáis al segunda de la izquierda. Son muy simpáticos y sé lo mucho que te gusta pasarlo bien. Hazles saber que vienes de mi parte para que multipliquen sus zalamerías. Pídeles kefta, que tomar aquí carne picada es una obligación (un MUST como dirías tú). Si lográis manejaros con el idioma, pedidle que os la adobe. Y si no, no worries, él mismo picará la cebolla, la mezclará con la carne y la especiará. Aprovechad para tomar una foto de recuerdo. Si tenéis hambre, pedid también medio kilo de côtelettes. Las chuletas están increíbles con el té. En cuanto paguéis, ya podéis ir a comer.
DÓNDE SENTARSE
Si no me falla la memoria hay tres restaurantes a cada lado del mercado, todos ellos mirando a la carretera. Cada uno con su especie de abrevadero lleno de brasas que alguien sopla moviendo sin descanso un trozo de cartón. Os recomiendo que os encaminéis decididos con la bolsita de la compra en la mano hasta el último a la derecha. Entregadle la carne al encargado en el mostrador. Os preguntará si queréis tomate y cebolla de acompañamiento. Decidle que sí (que ellos también tienen que ganarse el jornal). Algún camarero saldrá a buscaros para sentaros donde él decida. Decidle entonces un té con hierbabuena. Ya solo queda esperar a que os traigan la comida. Ahora es el momento de disfrutar de la vida que bulle alrededor de vosotros: unos militares de la escuela cercana que marchan los viernes a casa, las familias que se reúnen para comer juntas, algún buscavidas que se os acercará sonriente, las mujeres que os vigilan por si hacéis fotos, niños que no se sabe con quién están y alguien que os mira fijamente como si hubieráis caído de otro planeta. Esto es lo que más me gusta de este sitio, la comida es apenas una excusa.
CONSEJOS PRO
No vayáis al restaurante antes de comprar carne. Os quedaríais esperando a que os atiendan como tontos durante horas.
No entréis a los baños si no es absolutamente necesario. Ya he pasado yo por allí.
Disfruta de la experiencia y dale saludos a Annika.
Oohh, qué buen paseo por olores, colores, ruidos y ambientes me has transmitido. Yo me apunto a todo, es una de las cosas que más me gusta hacer en Marruecos, todo lo que supone interactuar con las personas en el recorrido hasta sentarme a comer la carne adquirida en la carnicería.
Pronto regreso…
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Ya sabes que nos gustan prácticamente las mismas cosas, y charlar con las gentes es la primera de todas. ¡Buen viaje!
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Hola Alberto, Pues aqui estoy tambien investigando un poco de que va tu blog, En principio tambien me gusta lo que veo. Seguire en contacto. Gracias!
Salu2,-Marina
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Gracias Marina, seguiremos disfrutando de nuestros paseos. Un abrazo.
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Que ganas dan de ir
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Ven cuando quieras.
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“….la comida apenas es una excusa”
Pero es que encima está muy buena.
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Es verdad, encima está buenísima.
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Una delicia! Fíjate que de mis años en Cauta sobre todo recuerdo el olor de el té con hierbabuena y que jugaba con una niña árabe que era mi gran amiga en su casa. Tengo todavía familia allí y me dicen que, ahora, la ciudad está muy bonita, que Cesar Manrique dejó allí su impronta; En Lanzarote, su isla, creó, respetando la naturaleza, cosas increíbles. ¿La oficina de Turismo aún no te ha contratado? Tus descripciones son tan reales que sumergen al lector en esos ambientes de tal manera que parece que uno está allí y dan ganas de salir corriendo para conocer todo el país. ¡Muchas gracias, estimado Alberto!
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Muchísimas gracias por tus palabras. No sabía que había vivido en Ceuta, que es un rincón al que le tengo cariño.
No me han llamado de Turismo, ni espero que ocurra. Lo hago por puro placer.
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Era una broma, se nota se sobras que amas Marruecos. Un abrazo
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No te creas, que me has dado una idea para el futuro…
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Alberto, gracias por compartir tu experiencia y por hacerlo tan ameno. Parece increíble la manera que enganchas al lector, o al menos a mí, hablando de algo que probablemente no probaré nunca. Gracias por esa facilidad de palabra. Es un placer leerte.
Una pregunta, ¿hay algo para los vegetarianos ahí?
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Hola Alberto, según lo cuentas me parece muy interesante la propuesta del restaurante, para tenela en cuenta. En muy poquitos años, celebraremos nuestra acampada familiar de todos los años en Marruecos.
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¿Y por qué no lo hacemos la próxima vez?
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Muchas gracias Pilar por tus palabras.
Mucho me temo que fundamentalmente se come carne, pero ahí unas fruterías cercanas que tienen su propia historia.
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