Mrabet en la tarima

Leí Amor por un puñado de pelos, la primera novela de Mohamed Mrabet, hace muchos años, y me fascinó su mezcla de autobiografía, ficción y fantasía. La releí el fin de semana del entierro de mi abuela. Me pareció una historia tan alejada de lo que estábamos pasando que se lo presté a mi madre para que lo leyera mientras pasábamos el duelo. Desde entonces ese libro de Mrabet supuso un vínculo tierno entre mi madre y yo.

Como por magia, he terminado traduciendo su segunda novela, El limón, a partir de The lemon, que fue publicado en 1969. El original no se escribió en inglés, de hecho, no fue escrito, sino recitado. Mrabet lo contó en dariya, el árabe marroquí, y después se tradujo a sí mismo al español para Paul Bowles. Y de ahí Bowles lo pasó al inglés. Dice además Mrabet que la historia se la contó en rifeño un pez que le premia con historias fabulosas porque en una ocasión le salvó la vida. Cincuenta años después del original, la publicación del libro en español, el idioma en el que pasó la historia de Mrabet a Bowles, me parece un acto de justicia poética.

IMG_20191119_143819-compressor
Entrevistas en Fundación Tres Culturas

Mientras realizaba la traducción, sentí que era la oportunidad perfecta para conocer a Mrabet en persona, pero antes de sentarme con él por primera vez, leí algunos reportajes que habían escrito sobre él. En uno firmado por Javier Valenzuela, Mrabet relataba una discusión en clase con su profesor de francés, al que había empujado y que se había tropezado con la tarima. Me sorprendió el uso de esa palabra, tarima, que desvelaba un error en el borrador de mi traducción, ya que el step del original lo había dejado en un simple escalón. Pero nunca he visto escalones en las aulas de Marruecos. En el mejor de los casos, hay una tarima donde se coloca el profesor. Me convencí de que el antiguo maestro de Bowles no debía de pisar ninguna tarima, por lo que el autor desconocía esa palabra innecesaria, así que tuvo que conformarse con un step con el que se tropezara el profesor de francés.

IMG_20191120_181844-compressor
Mrabet y Mrteh, ordenados alfabéticamente

Y entonces me pregunté si, en la cadena de traducciones por la que ha pasado el libro, no habría perdido otras tarimas. Así que, por encima de todo, mi encuentro con Mrabet me parecía la oportunidad perfecta para detectarlas. Sentía que debía escarbar para encontrarlas. Conformarme con el libro en inglés como fuente única para la traducción me parecía absurdo, teniendo en cuenta que el propio autor se estaba tomando un té delante de mí. Charlaba animado rememorando, entre otras aventuras de su vida bohemia en Tánger, cómo conoció a Jane Bowles. Lo escuchaba atento, casi entusiasmado y, sin embargo, una voz me gritaba desde el fondo de mi cabeza: Pídele que te hable de El limón, dile que quieres leerle el borrador para conocer su opinión, pregúntale si guarda las cintas originales. Sin embargo, fui prudente.

IMG_20191120_205036-compressor
Firma de autógrafos en Casa Árabe

En cualquier caso, me contenté con ser consciente de que debía buscar esas tarimas escondidas y, durante las primeras revisiones de la traducción, las busqué sin descanso. Consulté las dudas que surgieron a algunos tangerinos que han crecido en las mismas callejuelas donde transcurre esta historia. Gracias Mohamed por tu luz clarificadora, gracias Malika por tu baraka y por todo lo demás.

Meses después, Mrabet me invitó a su casa. Me tenía preparada una sorpresa. Al entrar en su salón, entre cientos de objetos fabulosos, me asombró encontrar un estuche con una docena de cintas de cassette y un reproductor. En nuestro primer encuentro me había dicho que no guardaba las grabaciones que hizo con Paul Bowles de El limón. Sin mediar palabra, puso en marcha el aparato y una voz comenzó a contar una historia. Ante mi evidente confusión, Mrabet me aclaró, ya recostado en un diván, que se trataba de sus memorias. El Mohamed Mrabet de la grabación le contaba en español su propia historia a un pez llamado Mrabet. Esa historia abrazaba la de El limón, y se entrelazan algunos detalles fabulosos absolutamente idénticos con otros sometidos a sutiles variaciones. De nuevo la discusión con el maestro y el Mrabet de la cinta decía que su profesor se tropezaba con unos escalones de la zona de madera cerca de la pizarra y sonreí pensando que a eso en realidad se le llama tarima y que, ahora sí, Mrabet me estaba dando la clave para la revisión final de la traducción. Por fin lo entendía.

img_20191120_205811-compressor.jpg
Alberto Gómez Font, Mohamed Mrabet y Alberto Mrteh, custodiados por Um Kultum

Esa misma tarde, con la magia de Mrabet aun flotando en mi cabeza, comencé una nueva lectura. Esta vez en voz alta, imitando la forma en la que fue relatada la historia original. Sentía que Mrabet me había hecho el mejor regalo posible. No se trataba de corregir un puñado de tarimas, lo relevante era que respetara su oralidad. Poco importa si Bowles añadió o modificó algún pasaje, asumamos el mestizaje del libro, forma parte de su encanto. Esta historia se la contó en rifeño un pez a Mohamed Mrabet, que la grabó primero en dariya y después repitió en español, que Paul Bowles la tradujo al inglés y ahora yo la he devuelto al español. Me da por pensar que en la sencillez de su prosa se encuentra la esencia de Mrabet, que ha saltado sin problemas de un idioma a otro. Y ahora estoy convencido de que lo importante es que suene bien al leerla en voz alta, así que quizás eso es precisamente lo que deberías hacer: leerla en voz alta. Es el propio Mrabet el que te está contando las aventuras de Abdeslam.

Si se sientes ridículo al hacerlo, puedes coger a su madre o a cualquier otra persona con quien quieras crear un vínculo tierno y leérsela. Quizás solo así puedas soportar la terrible historia de Abdeslam en la medina de Tánger.

img-20191121-wa0000.jpg
Presentación en Casa Árabe

Las fotografías han sido realizadas durante la ronda de presentación de «El limón» en la Fundación Tres Culturas de Sevilla y en la Casa Árabe de Madrid. Algunas imágenes han sido cedidas por la editorial Cabaret Voltaire.

12 respuestas a “Mrabet en la tarima

Add yours

  1. Ahora entiendo el tiempo de ausencia de este blog.
    Qué suerte has tenido al escogerte para traducirlo.
    Lo voy a pedir mi librero. Me encantaría que pudieras firmarmelo.
    Felicidades!

    Me gusta

    1. Querida Mauri,
      me encanta tu entusiasmo. Espero que te disfrutes de la lectura. Será un placer visitar Segovia de nuevo para acercarme por la biblioteca.
      Que me hicieran el encargo de traducirlo, más que una suerte fue milagroso.

      Me gusta

  2. Hola Alberto

    Fue un placer desvirtualizarte en la presentación del libro y charlar lo poco que se puede hacer en este tipo de eventos.

    Hablando de oralidad, permíteme la libertad de compartir este pequeño reportaje en Radio 5 para que los lectores de este blog puedan escuchar a Mrabet y Mrteh.

    http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-mundo-desde-las-casas/mundo-desde-casas-mohamed-mrabet-tanger-internacional-20-11-19/5449195/

    Voy a aprovechar hoy que tengo poco trabajo digital para comenzar el libro.

    Un abrazo

    Me gusta

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Blog de WordPress.com.

Subir ↑