Puro Ramadán

¿Qué es el ramadán? El ramadán es el noveno mes del año, comienza cuando termina el de shaaban y da paso al de shauual. Por supuesto que acabo de mirarlo en internet porque nunca consigo aprenderme los meses de la hégira. ¿Les pasará lo mismo a mis alumnos marroquíes? El Ramadán es, por descontado, el mes sagrado para los musulmanes. Ramadán es, como ya sabes, ayuno, recogimiento y rezo, bueno eso y mucho más.

De entrada, el Ramadán tiene su propio vocabulario. Fia yua, fia laatash, tengo hambre, tengo sed y especialmente fia nees, tengo un sueño que me muero y para muchos ana maqtua, tengo unas ganas de fumar que no me aguanto.

Desayuno de Ramadán

Ramadán es desayunar tras el atardecer y levantarte antes del amanecer para tomarte el último bocado y el último trago del shor. Ramadán es pasar hambre para luego hincharte a dulces. Ramadán es pasar sed y repetir lo saludable que es el ayuno, que lo dicen los médicos, pero sin mencionar la deshidratación. Ramadán es ese dolor de cabeza a media tarde que tanto se parece a la resaca. Ramadán es caerte de sueño durante todo el día porque apenas se duerme. Ramadán es discusiones en el zoco antes de la caída del sol porque el monazo de un cigarro nos hace perder los papeles. Ramadán es besar en la cabeza a quien hace un momento querías matar por el más mínimo malentendido. Ramadán es seguir estas reglas por ley y por tradición.

Ramadán es puro cambio. Adelantamos los relojes una hora para que la rotura del ayuno llegue cuanto antes, alhamdulillah. Modificamos los horarios comerciales para que cueste la misma vida hacer las gestiones cotidianas. Reducimos la duración de las clases para llegar a tiempo a casa, total, ¡qué más dará!, si los alumnos están medio dormidos en cualquier caso. Eliminamos algunos trenes, precisamente ese que te venía bien porque… ¿quién sabe por qué hacemos eso? Cerramos las cafeterías por la mañana y lo aprovechamos para el zafarrancho de limpieza general. Vivimos de noche, deambulamos groguis de día. Nous les Marocains, on fait comme ça.

Compras ramadanescas

Ramadán, el mes del ayuno, es comer hasta hartarte. Un dátil, un vaso de leche, medio huevo duro con comino y sal, un buen tazón de harira hecha en casa, minipizzas, minibocadillos, minicreps, pero coje dos o tres, ¡son tan pequeñitos!, que no falte la shubbaquia, ni las regaifas, ni esos briuat de aspecto delicioso y mejor sabor y, por supuesto, zumos exprimidos justo antes del ftor. El Ramadán es ruidosas batidoras que anticipan la llamada del almuédano.

Ramadán es sacar tu Corán en el tren, es cambiar la música de Abdelhalim Hafez por la de imam en la peluquería de la esquina, es buscar un canal en la televisión del café que recite una sura tras otra ad eternum, es escuchar de fondo un interminable rezo en taxis y autobuses, en fruterías y carnicerías. Ramadán es no saltarte la visita a mezquita, es ir al tarauih con tu padre, es rezar en penumbra en ese rincón de casa, es el momento favorito del año para los creyentes, o eso me han dicho al menos. Ramadán es sin duda puro rezo.

Ramadán en la playa

Ramadán es el momento más social del año, Ramadán es recibir quinientos mensajes que te desean un ramadan mobarak said, es hacer una lista de amigos con los que romper juntos el ayuno, es ser invitado una y otra a casas ajenas, es juntarte con los que nunca te juntas, es llamar a ese conocido con quien no hablabas desde el último aid, Ramadán es no tener hora de regreso a casa y tirarte a la calle sabiendo que te encontrarás con alguien.

Ramadán es preguntarle al gauri de turno si hace ramadán para saber si está ayunando. Uesh nta saim? ¿Haces ramadán? Pero ¿acaso es posible seguir con tu vida de manera normal y no hacer el Ramadán? El ramadán nos arrolla a todos, musulmanes o no, los que vivimos en Marruecos, y en otras latitudes, claro. El Ramadán es la prueba definitiva a nuestra santa paciencia.

La noche del poder

Ramadán es pura contradicción, cinismo y esquizofrenia. El Ramadán es lo peor que hay. Ramadán es bajar una marcha al desenfreno, es recogimiento, meditación y espiritualidad, Ramadán es pasar más tiempo con la familia. El Ramadán es lo mejor que hay. El Ramadán parece que no va a acabar nunca cuando empieza y te preguntas si ya han pasado cuatro semanas cuando la luna está a punto de renacer. Wesh nta saim? Y tú, ¿ayunas?

7 comentarios sobre “Puro Ramadán

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