
Ya estoy en la sala esperando a que todo comience. Sin preaviso, la luz se apaga y me siento perdido, atrapado por estas tinieblas inesperadas. Se rompe la tranquilidad que reinaba hasta entonces, pero al poco nos acaricia una tenue luz rojiza que matiza nuestros contornos. Una mujer aparece en un extremo y sonríe antes de hablar: permitidme que nos reunamos bajo esta iluminación que elimina los rasgos de razas y el color de nuestra piel, y que destruye esas fronteras en la que no creo.

Zainab Fasiki entonces se pone a trazar unas enormes líneas sobre la pared. Comprendemos que está dibujando a una joven sin ropa. A ella misma. Algunos expresan su incomodidad: Hshuma! Pero Zainab continúa el discurso sin alterarse. Me diseño desnuda por pura terapia. Yo también he sido víctima del sexismo y tuve que hacerlo para liberarme. Dejadme que firme así mi obra.

Pestañeo y descubro que Zainab ahora va vestida con ropa tradicional amazigh. La sala se ha vaciado y habla directamente conmigo. ¿Has oído hablar de Kahina? Deberías leer sobre esta reina guerrera bereber. Ahora debo marcharme para ver a algunas personas, pero puedes acompañarme. Me levanto sin dudarlo. Cruzaremos por varios espacios, es mejor progresar por etapas. Delante de nosotros hay dos puertas, cada una con un letrerito. Como ves, los he separado. El cuerpo no solo tiene una dimensión sexual.

Se pone una bata de profesora y abre la primera puerta. Aparecemos en un aula llena de preadolescentes que esperan su lección de educación sexual. Zainab libera la desnudez y la desata de la sexualidad en la que había quedado enredada y continúa hablando de los órganos sexuales, de la orientación sexual y de la identidad de género. Los jóvenes se muestran interesados y plantean sus dudas. Zainab responde y anima al profesor a continuar con la clase. Es tarea de todos, termina diciéndole.
En la siguiente habitación nos esperan algunas personas que parecen contraídas. Una mujer aclara el origen de su frustración: nosotros no tuvimos educación sexual ¿cómo vamos entonces a dársela a nuestros hijos? Además, no hablamos francés. ¿Por qué no has escrito el cómic en dariya? No somos capaces de leerlo. Zainab parece comprenderlos. Lo lamento de ceras. Mi primera idea siempre fue publicarlo en dariya, pero cuando comencé, me bloqueé enseguida. No encontraba en nuestro idioma las palabras para llamar a las cosas de forma neutra, sin connotaciones negativas. Tuve que recurrir al francés. Espero que pronto haya una versión en dariya.

Seguimos caminando y, tras la puerta de la sexualidad, encontramos concentrados a un nutrido grupo de activistas que la vitorean. Pero Zainab no se deja arrastrar por los aplausos. Al contrario, se cubre con su toga socrática y comienza a preguntar: ¿Cuántos votasteis en las últimas elecciones? ¿Por qué os quejáis entonces de los políticos si ellos hacen lo que les permitís? Y cuando practicáis sexo ¿siempre tomáis medidas para evitar contagios y embarazos? ¿Y eso no es hshuma? ¿No os parece que la responsabilidad sexual va antes de la libertad sexual?

Cruzamos otra puerta y ya no hay aplausos, sino docenas de dedos que la acusan de querer desestabilizar el país. Hay otras prioridades más esenciales, primero debemos centrarnos en la economía, el empleo y la financiación. La libertad individual solo interesa a las élites. Zainab entonces se pone su traje inconformista y no la acobardan los abucheos: No es ilegal discutir la ley. Yo creo que hay que despenalizar el deseo y el placer. Y no pretendo imponer ideas. J’aime le Maroc.
Ya en la calle, una jovencita se acerca a darle las gracias por sus palabras y la felicita por su coraje. Zainab se quita importancia: Soy una artivista. Mi labor consiste en agitar las conciencias para animar a la reflexión. Hago arte para cambiar el mundo. Y yo también tengo referentes. Fatima Mernissi y Marjane Satrapi me inspiraron primero.

Cruza a nuestro lado una jovencita que mira incómoda hacia atrás. La persigue un chaval que la agarra del brazo y le dice algo al oído. Y tras ellos, su madre le ríe la gracia, y lo anima a continuar con el acoso: Anta ruyula. Zainab se enfurece y su rabia genera una luz rojiza tan intensa que resulta cegadora. Protesto por su intensidad. Lo siento, Mrteh, pero el libro debe estar teñido por el rojo de la sangre de inocentes, que sufren los insultos, los ataques y las violaciones. Eso sí que es hshuma y debe quedar bien visible.

Los diseños de este artículo pertenecen a Hshouma. Corps et sexualité au Maroc, un cómic escrito y dibujado por Zainab Fasiki ha sido publicado porMassot Éditions.
La fotografía ha sido realizada por Lachen Hafidi.
Excelente. Escribes como si lo haces con sede. Evitas riscos y quebrantos y eres muy cuidadoso en la elección de tus palabras. Las eliges y tratas con sumo respeto. Comedido el texto y muy pulido. Tienes una forma tan pedagógica tiznada del encanto que deja el relato oral de Las Mil y Una noches .
En cuanto a la forma de enumerar, en cierto sentido, algunos de los problemas a los que se aqueja la sociedad árabe o Amazig es impresionante.
Felicidades apreciado amigo por ese cariño a flor de piel a la letra, a la palabra, en fin al Verbo. Muchas gracias
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Estimado Bachir,
muchas gracias por tu estimulante comentario. Este texto en concreto está fuertemente inspirado por la lectura de Hshuma de Fasiki y por el encuentro con ella en una charla en Rabat. Me impresionó la fuerza con la que se expresa.
Un abrazo
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que imagenes tan interesantes 🙂
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Eso mismo pensé yo, ¡y todavía no la has oído hablar!
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Hola Alberto
Si yo tuviera que desestabilizar países árabes no enviaría marines ni fuerzas encubiertas… sino feministas.
Un abrazo
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¡Tampoco se trata de desestabilizar, hombre!
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Excelente Alberto. Lo he compartido en mis redes 🐾
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Muchísimas gracias Rosa. La autora bien lo merece.
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Tabúes
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¡Qué bien lo resumes!
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Impresionante ,ra-i´
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Muchas gracias Juan.
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