"...El zoco del escriba cumple cinco años a finales de mes. Como siempre he pretendido que fuera un espacio que contara con la participación de sus lectores, me gustaría invitarte a celebrar el aniversario conmigo..."
"...antes de darse cuenta ya está el hijo del yin escapándose río abajo perseguido por sus hermanas y llegando hasta Azmur. En este punto se le acaba la historia y Aya decide inventarse el resto..."
"...Da un paso atrás para observar con orgullo a sus seis bailarines antes de unirse al grupo. La mano sobre el hombre del compañero. Uno detrás de otro, se divierten bailando juntos tal como son..."
"...le pregunta si todavía sigue interesada en escuchar la historia del dragón de Azmur. ¡Pero si justo a eso es a lo que he venido!..."
"...¡Mírame, mírame, mírame! Mostafa ruega para sus adentros con si estuviera diciendo algún conjuro..."
"...Al abrir la puerta a las salas calientes, da igual cuál sea tu estado de ánimo o tus preocupaciones, regresas inevitablemente a la casilla de salida. La primera bocanada de vapor te hace bajar el ritmo de tus movimientos e incluso del pensamiento..."
"...me acerco al hanut que está frente a la estación central de Rabat y le pido una merienda de las del tuaheshtek. De esas no vendemos, me dice el tendero, te puedo dar una normal y decirte tuaheshtek de viva voz..."
"...los planes eran paseo en barca, atracón de ostras y charla filosófica, pero la sorpresa fue encontrarme tariya, tariya y tariya..."
"...Pero si te ve uno de ellos, te va a llamar para que te acerques: mon ami, viens, mon ami. En Marruecos todos los negros nos llamamos mon ami..."
El zoco del escriba, de Alberto Mertah 
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