En el lejano setiembre, me contactaron de “Aragoneses por el mundo” para participar en un reportaje sobre Marruecos. Les aclaré que, aunque me encante Aragón, mi ciudad de origen era Soria. Me sorprendió su respuesta entreabiendo la puerta: depende de si te sientes aragonés o soriano… Me dije que había posibilidades, pero ¿cómo voy a renegar de mis raíces? Sería mi perdición. Les respondí listando todos mis vínculos con Aragón que se me ocurrieron: la asociación de Imagine que me llevó hasta los nómadas del desierto, los compañeros del C.P.S., el Moncayo… Y para rematar, mi mayor frase de 2018: “como soriano, me siento aragonés”.
Mi mente se puso en marcha antes de recibir ninguna confirmación. Haríamos el mismo recorrido que hacen Francesca y Jean-Pierre (¿Te he hablado de ellos?). Comenzaríamos en la Kasbah de los Udaya, cruzaríamos el Buregreg, pararíamos por mis sitios favoritos: el café de Sueca, el circo Shems’y, el restaurante del quilómetro seis y por fin Kenitra. Allí les mostraría mi calle, la zanqa Zemzem, donde los tenderos me llaman por mi nombre. Y terminaríamos en mi restaurante favorito. Fantaseaba mis intervenciones, soñaba con mostrar mi Marruecos. Siguió una larga espera. Pensé que habrían sido otros los escogidos.

Pero llegó la confirmación. ¡Qué bien! Lo primero, pregunté si podría mencionar mi blog. Sin problemas. ¡Genial! Pero tenía que limitarme a mostrar Kenitra. ¿Pero si en Kenitra no hay nada? La gracia era precisamente contrastar la capital con una ciudad provinciana. Lo de la barca se puede quedar. Ni les mencioné dónde se encuentra el circo. Sentía que necesitaba algo más, algo artístico que evidenciara que Marruecos no es solo henna y kif. Recordé a un pintor que hace me había invitado a su taller. Se mostró encantado con la idea. Los organicé (les molesté sin descanso, quiero decir) para que estuvieran preparados para el diecisiete de diciembre. Pero se canceló la grabación.

Llamadas, disculpas, después de navidad insha Allah. Así fue. Durante todo el día fuimos corriendo de acá para allá según el recorrido marcado. ¡Y todos estuvieron en su sitio como estaba previsto! Pero no me sentía cómodo. En la barca hablamos de mi segunda novela que ni siquiera está terminada. En el circo quieren que finja cercanía con una chica que veo por primera vez a pesar de que mis amigos están allí mismo. Preguntas sobre la harraga… No me dan pie para que hable del zoco, ni de mi primera novela. Ni siquiera saben el título o que trata del hammam. El día sigue: Hablaremos del blog después con el pintor. Comemos carne a la brasa, compro naranjas y me corto el pelo. Yamal, el frutero, me lee ojos: Anta ma mrtehsh, iek? ¿Tanto se me nota, amigo? Ya sé que el reportaje no reflejará mi visión. El discurso no bucea, solo chapotea en la superficie. Bienvenido Mr. Marshall. Solo con las localizaciones he sabido acertar. Sami Ftouh llama con insistencia porque cree que ya no grabaremos en su taller. Se ha hecho tarde. Lo ha limpiado, ha preparado una mesa con sillas y nos espera el té con unas pastas. La idea es hablar de Gharbaoui y por fin del blog. No, mejor de pie. ¿Pero cómo voy a mencionar con naturalidad que me dedico a mostrar la belleza del mundo en semejante postura? Acceden a regañadientes, siento que me dicen que sí como a los tontos. Grabaremos sentados. Pero no se cuida el racor, ni repetimos la toma a pesar de los errores. Presiento su verdadera intención, ya me parece oír las excusas: demasiado largo, no puede salir todo… Sami me saca de mi incomodidad con un gesto generoso: les regala unos cuadros.

Última escena: cena en el restaurante Ryad Naji. Pretenden que baile con la música en directo. Sé tú mismo, me dicen. Si fuera yo mismo, no bailaría, me digo para mis adentros. Doce horas grabando y un inevitable gesto melancólico. Sabor agridulce y una fría despedida. Por la mañana me levanto con mal cuerpo. Un mensaje en el teléfono. Abdessamad, el acróbata, me saluda deseando que todo me vaya bien. Sami Ftouh me ha llamado más tarde. Teme no haberlo estado a la altura. Me dice: Lo importante es que tú estés contento, Mrteh. No lo estoy, pero ahora creo que lo importante es haber mostrado su mundo. La gente me dice que escribo bien, me creo que en realidad lo que se me da bien es vivir. Y quizás eso se haya colado en el reportaje.

Sea como sea y corten lo que corten, su mera presencia, caro tocayo, dará lustre a ese reportaje.
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Pues gracias por tu confianza ciega, tocayo. Tu presencia aún le daría más lustre.
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¡se coló, se coló! Abrazote.
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No sabes lo muchísimo que me gusta tu comentario.
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Alberto SORIANO/maño…jiji
Seguro que a pesar de algunas restricciones y de ese ambiente enrarecido del que nos hablas…., has sabido transmitirnos esa esencia de Marruecos que a tí te ha cautivado.
Ya nos avisarás de la fecha de emisión!!!Un besazo!!
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Por supongo que os avisaré y espero que tengas razón en que quedará la esencia.
Tampoco hace falta que llenéis los comentarios de mayúsculas…
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Hola Alberto, te he sentido un poco frustrado en este artículo. Mi mejor consejo para superar esta frustración, escribe qué lección has aprendido y qué quieres hacer diferente la próxima vez. Es genial tener estas experiencias en medios de relativamente poco impacto, de este modo, cuando accedas a un programa de más impacto, seguro que tienes claro lo que es negociable y lo que no lo es. Un abrazo fuerte y mucho ánimo.
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Voy a seguir tu consejo porque ha sido una experiencia que me ha supuesto desgaste emocional y no me apetece que sea así la próxima vez. Afortunadamente se ha tratado de una experiencia puntual. Gracias por el consejo.
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Hola Alberto
La diferencia entre lo que hablas con un medio y lo que al final sale en dicho medio suele ser a veces abismal. Pero no queda más remedio que tratar con ellos… los libros no se venden solos y puede que en algún momento te haga falta algún medio para su promoción.
Otra cosa es que tengas que desfigurar tu guión para que encaje al gusto del medio. Conviene mantenerse firme aunque se pierda el reportaje. Ten en cuenta que el valor de un escritor es su palabra.
Un abrazo
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De hecho el reportaje todavía no ha sido emitido. Aquí me he limitado a expresar mis sensaciones durante la grabación. Y claro que nos necesarios. Nos necesitamos mutuamente.
Gracias por tu fidelidad.
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Me sorprende, que aun sabiendo que eres SORIANO, quieran hacer ese programa. A ver como lo enfocan, tengo ganas de verlo
Un abrazo.
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Me sorprende tu EXQUISITO uso de las mayúscula para destacar lo que más me interesa. No sé porque dices que soy soriano, por lo menos hasta que se emita soy medio maño.
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Hola Merth, me gusta tu sincerida. En tv casi todos los programas estan guionizados.
Tu relato es coherente, refleja tu sentir en esa experiencia.
Seguro que llegarán dias mejores.
Un abrazo
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Gracias por tus palabras. No me incomoda que sean guionizados, en realidad. Me parece natural. He intentado reflejar cómo me sentí.
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Seguro que es interesante! Deseando verlo! Un abrazo.
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Pues yo estoy deseando saber vuestra opinión.
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»Como soriano, me siento aragonés» es ocurrente, hay que reconocerlo.
Salga lo que salga de tu voluntad mezclada con las intenciones ajenas, es para estar orgulloso. Además, si no sale como pretendías siempre puedes retomar tu vocación de director de cine…
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Pues a veces fantaseo con ese antiguo sueño.
Gracias por tu fidelidad.
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